jueves, 30 de junio de 2011

Todavía



Todavía hay gente que al viento le llama céfiro,
y hay quien a lo cursi lo llama poesía,
y a la Poesía, locura.
Todavía hay gente que canta a la luna.
¡Yo canto a los hombres de la luna!
A los arrabales de la luna,
a los ríos de leche de la luna;
pero todavía hay gente que se asusta,
se asusta cuando una mujer se pone las botas
para pisar mejor el barro,
se asustan porque somos listos,
porque Dios está con nosotros;
ven que nos quemamos y no comprenden las llamas;
porque componemos canciones previsoras
y al avisar gritamos;
porque en nuestros versos
no hablamos de lo que siempre se habló en los versos:
las olas, la boca, los pájaros.
¿Quién dice que en nuestros versos no hay pájaros?
¿Qué son estos gritos sino aves heridas?
No amar lo caduco, lo seco, lo blando.
¡Los poetas amamos a la sangre!
A la sangre encerrada en la botella del cuerpo,
no a la sangre derramada por los campos,
a la sangre derramada por los celos,
por los jueces,
por los guerreros;
amamos a la sangre derramada en el cuerpo,
a la sangre feliz que corre por las venas,
a la sangre que baila cuando damos un beso.
Cantamos al amor.
A lo fresco.
A lo puro.
¡Estamos hartos de cuentos!
¡Y que aprendan los ñoños que el viento es el viento!
Y que cuando se ama, se ama,
y que sólo es pecado el mal comportamiento.


(Gloria FuertesTodavía.)

martes, 28 de junio de 2011

Prometo amarte y respetarte durante el resto de mi vida.


Las promesas. ¿Realmente merece la pena hacer promesas?
Hace poco alguien me dijo que nunca hacía promesas.
Evidentemente, las promesas están para cumplirlas. Pero ¿y si no se cumplen?
Yo creo que las promesas están para hacerlas. A lo loco no claro, pero por ejemplo, yo no llegué a conocerlos emparejados (o no lo recuerdo) pero hubo dos personas que lucharon varios años por su relación, aunque nadie estaba de acuerdo con ello. Esas dos personas se querían, y tenían proyectos juntos.
Se casaron, y se entregaron al otro, se prometieron fidelidad en la prosperidad y adversidad, salud y enfermedad, prometiéndose amor y respeto durante todos los días de su vida. Y no funcionó.
Pero ahí estaba la promesa, varios años de noviazgo, dos de matrimonio, y una hija.
¿Realmente hay que aferrarse a las promesas?
¿Realmente hay que dejar de hacerlas?
Porque en realidad, aunque uno esté muy seguro cuando la hace, no puede poner las manos al fuego de que la cumplirá. Pero te arriesgas, das de ti lo mejor para que funcione, pero ¿y si para una de las partes ha dejado de funcionar? o si se ha roto alguna de las partes de aquella promesa, ¿se debe seguir adelante?
¿Aún así?
Las promesas hay que respetarlas, tienen ese matiz sagrado de las personas que entregan su vida y su corazón a otra, su felicidad; ese matiz que debes reservar y no ir regalando hasta que la propia promesa pierda significado, pero ¿no hacerlas? ¿Realmente nunca has querido tanto a alguien a quien le hayas querido prometer algo? Desde un "Siempre estaré ahí", a un "Te haré feliz", hasta regalarte tu felicidad, fidelidad, tu respeto y amor. Las promesas son muchas y de todos los tipos. La cuestión es saber elegir la persona. Pero si resulta no ser esa persona y la promesa no se cumple, tampoco creo que haya problema. Se intentó, y en ese momento no había otra opción mejor ni más real, pero no fue, esa persona, las circunstancias, la propia vida, a veces, no es el mejor momento, o esa era la persona pero solo en ESE momento de tu vida.
A veces los frutos pueden ser un hijo, la experiencia, los recuerdos, y a veces tienes la suerte de encontrar una persona con la que la promesa se cumpla.

sábado, 25 de junio de 2011

Creo que soy más feliz contigo con todo lo que eso implica, que sin ti.


Pelearía por defenderla, hasta la muerte si es preciso, pero no por tenerla, como si fuera un objeto, una posesión mia. Esa es una actitud muy humana, pero aún no he caído tan bajo.

¿Cómo podrías ser feliz...


..estando con alguien que insiste en tratarte como a un ser humano normal?

A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante.

Bien, mi instante ha llegado. 


jueves, 23 de junio de 2011

Undisclosed desires



You're something beautiful
A contradiction
I wanna play the game
I want the friction.


Amigos que se besan


El diccionario define el término 'Pertenecer' como ser de la propiedad de alguien.
Los seres humanos imponemos normas, damos etiquetas, y cuando todo termina es como la extinción de un contrato, y toda toma de contacto se trata como si de un nuevo contrato estuviésemos hablando.
Pues no, hay veces que las relaciones no funcionan, aunque dos personas se quieran; querer de sentimiento, no querer de pertenencia, que la gente no se ha dado cuenta pero parece ser que cuando dices 'te quiero' en realidad es un 'te quiero para mi' en vez de decir un 'te amo' y toda la exposición de sentimientos que eso conlleva.
¿Qué pasa con los que se aman y no tienen una "relación normal dentro de lo socialmente establecido"? ¿Qué han intentado tener una relación convencional y no ha funcionado? Pues normalmente es todo un drama, un querer y no poder, un perro del hortelano, un agarrarse a un clavo ardiendo, una causa perdida...
¿Y si encuentras una persona con la que no exista ningún egoísmo, ninguna cláusula de permanencia? 
Te quedas a su lado, sabiendo que tendrás que escuchar a mucha mente adormecida, que no entienden lo que no son capaces de hacer. Egoísmo, ese suele ser el problema. 


there's no recipe for us so we'll have to improvise.

jueves, 9 de junio de 2011

Carne de cañón.

Nunca me planteé pasar el resto de mi vida contigo, pero no me hubiese importado.

lunes, 6 de junio de 2011

Me sobran motivos pero me faltas tú sobre la cama



No hace falta que me digáis eso de que perdéis la cabeza
por eso de que sus caderas...

Ya sé de sobra que tiene esa sonrisa y esas maneras
y todo el remolino que forma en cada paso de gesto que da.

Pero además la he visto seria, ser ella misma,
y en serio que eso no se puede escribir en un poema.

Por eso, eso que me cuentas de que mírala cómo bebe las cervezas,
y cómo se revuelve sobre las baldosas y qué fácil parece a veces enamorarse.

Todo eso de que ella puede llegar a ser ese puto único motivo
de seguir vivo y a la mierda con la autodestrucción...

Todo eso de que los besos de ciertas bocas saben mejor es un cuento que me sé desde el día que me dio dos besos y me dijo su nombre.

Pero no sabes lo que es caer desde un precipicio y que ella aparezca de golpe y de frente
para decirte, venga, hazte un peta y me lo cuentas.

No sabes lo que es despertarte y que ella se retuerza y bostece,
luego te abrace y luego no sepas cómo deshacerte de todo el mundo.

Así que supondrás que yo soy el primero que entiende,
el que pierdas la cabeza por sus piernas y el sentido por sus palabras,
y los huevos por un mínimo roce de mejilla.

Que las suspicacias, los disimulos cuando su culo pasa,
las incomodidades de orgullo que pueda provocarte,
son algo con lo que ya cuento.

Quiero decir que a mí de versos no me tienes que decir nada,
que hace tiempo que escribo los míos.

Que yo también la veo.
Que cuando ella cruza por debajo del cielo solo el tonto mira al cielo.

Que sé como agacha la cabeza, levanta la mirada y se muerde el labio superior.

Que conozco su voz en formato susurro, y formato gemido
y en formato secreto.

Que me sé sus cicatrices,
y el sitio que la tienes que tocar en el este de su pie izquierdo para conseguir que se ría, y me sé lo de sus rodillas,
y la forma que rozar las cuerdas de una guitarra.

Que yo también he memorizado su número de teléfono,
pero también el numero de sus escalones,
y el numero de veces que afina las cuerdas antes de ahorcarse por bulerías.

Que no sólo conozco su última pesadilla,
también las mil anteriores,
y yo sí que no tengo cojones a decirle que no a nada,
porque tengo más deudas con su espalda
de las que nadie tendrá jamás con la luna (y mira que hay tontos enamorados en este mundo).

Que sé la cara que pone cuando se deja ser completamente ella,
rendida a ese puto milagro que supone que exista.

Que la he visto volar por encima de poetas que valían mucho más que estos dedos,
y la he visto formar un charco de arena rompiendo todos los relojes que la puso el camino,
y la he visto hacerle competencia a cualquier amanecer por la ventana: no me hablen de paisajes si no han visto su cuerpo.

Que lo de "Mira sí, un polvo es un polvo",
y eso del tesoro pintado de rojo sobre sus uñas
y sólo los sueños pueden posarse sobre las cinco letras de su nombre. (seis)


Que te entiendo. Que yo escribo sobre lo mismo. Sobre la misma.
Que razones tenemos todos.

Pero yo, muchas más que vosotros.