lunes, 7 de noviembre de 2011

Me gustaría inventar un país contigo


Hace tiempo aprendí a ver bonito lo que nadie quiere,
el jersey viejo de mi madre,
la máquina de escribir,
los dibujos aquellos que me hacía la niña cuando era un bebé,
los lunes por las mañanas,
o cuando después de mucho tiempo vuelve el frío.

Hace tiempo que aprendí a inspirarme con lo que no vivo,
con las ideas peregrinas,
con los atardeceres que me quedan por ver,
con los sueños que no cumpliré.

Tengo la suerte de vivir soñando en un mundo
cada vez más ciego a las fantasías del alma,
a la falta de aire puro,
a la falta de equilibrio,
y a la falta de consuelo.

¡Y que se vayan a la mierda los juguetes electrónicos
y que los niños vuelvan a saltar en las charcas,
que los ancianos no mueran solos
y que el cielo de Madrid luzca de nuevo sus estrellas!